miércoles, marzo 24, 2010

"Hoy igual que ayer"

Leyendo "25 kilos de esperanza" de Edinson, me ha esbozado una gran sonrisa y carcajadas por rato, pues sentí a veces lo mismo, me sentía como chino en Chile, sin saber que hacer, decir, ni comportarme, es agradable sentir que alguien se sientió de la misma forma en un país extraño, donde la gente no se para a ver qué te falta o si estás perdido, solo siguen su camino, con su estilo intacto, conocí mucha gente, gente que guardé y guardaré en el corazón, Caitlín, Marylou, Elina y otras chicas a las cuales por mi barrera del idioma no pude charlar, pero sus miradas no las olvido y se que son las más sinceras del mundo, miradas de gente buena, de gran corazón. David, un chico gigante y de corazón igual que su estatura, enorme, Tony, un conquistador innato, con su acento y simpatía llenaba todos los espacios de la casa, Igor, otro gigante, que se robó mi corazón,con sus palabras en español de gigante, con su "chiquitita" y "mi amor" ahhaha era un loquito simpático, Leo, observando todo, sumergido en sus libros, su fascinante inglés y su pizza, Gabo entre sus cigarros, la cocina picante y su Jazz maravilloso, uff!,  sin duda una mezcla exquisita de cultura humores y genios, en realidad escucharlos a todos hablar al mismo tiempo era música para mi oídos y para qué mencionar cuando había más gente en casa!
Extraño un poco de todo, un poco de la lasaña de canutos cruda con fideos duros como piedra, extraño el chili powder que ponían a todas las comidas de la casa, todo, el frío matutino al salir de la ducha, mi pelo esponjado al contacto con el frío de la calle, las caminatas enormes por la ciudad los últimos días cuando salía sola, el sentarme en una banca a observar a la gente, a respirar con los ojos cerrados, aunque la gente me quedase mirando con ojos de extrañeza, a tomar un café en un lugar cerca de la rotonda el cual no recuerdo el nombre, las miradas de los niños y yo responderle con mi mejor sonrisa, mirar la noche, el cierlo, dar un suspiro en la ventana y oler mis claveles rosa antes de dormir, despertar a las 12, y moverme por la casa a pies descalzos, succionando el frío con las plantas de mis pies, ir a la playa con las chicas, suspirar por perros, comer hamburguesas, ir a un bar a tomar una guiness y quedarme dormida con un calorcito en la espalda.
Comienzo a añorar todo, el cambio ha sido brusco, llegar a Santiago a penas y verlo algo devastado es chocante, nadie en la calle y yo recién llegada, y es que ha sido tan raro el cambio, que en Sao Paulo cuando me hablaban mi mente pensaba la respuesta en mi escaso en Inglés y mi respuesta automática en español-chilensis brotaba por mi boca, ahora estando en Santiago era lo mismo, pero pensando en Portugués e Inglés, pues mi estadía en Brazil de casi una semana, me sirvió para entender y hablar frases cortas en su idioma, pues me hice un amigo chileno (el cual era bilingüe), entonces él me enseñaba y mis ratos de ocio eran bastante extensos (entre risas) así que entre juegos de palabras, mesas de pool, juegos con cartas y uno que otro cigarro (porque volvi a fumar, por ansiedad) creo que aprendi bastante rápido pues es bien parecido al español.
Ahora estoy en casa escuchando a la maravillosa Niña Pastori, diciendo " me encantaría quererte un poco menos" y mi tema favorito " hoy igual que ayer", después de una tarde de redacciones de mis pruebas que mañana entrego para mi par de post titulos y escuchar mucho rato a Cab Calloway, observar con fascinación su baile y gran sentido del ritmo, de escuchar a los Fabulosos Cadillac para darme ánimos con la redacción, ahora merezco un relajo ¿no? Uff ahí viene mi parte favorita " y es que para sentir necesito amar, y ser amanda,  ya no te voy a mentir te diré la verdad... NO TE QUIERO!, siento mucho que tú, otra cosa habias pensado, tú dirás si te preguntan, que tu amor se fue volandooo, hoy igual que ayer, todos los días lo mismo", con su tono precioso y sentimiento que me hace erizar la piel!
Hoy igual que ayer

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