martes, octubre 04, 2011

Desde el tren de regreso a la realidad...

Mirando desde la ventana del tren que me llevará al reencuentro con el Cuzco observo nuevamente la vida y sus milagros, el poder estar respirando selva peruana es fantástico y esa sensación de humedad en mi piel enciende un fuego en mi... no se que es, pero me siento de nuevo viva y en ese preciso instante doy infinitas gracias a Dios por haberme concedido ese milagro, el estar viva, tener la posibilidad de viajar, de enviarme a mis padres (que después de todo han dejado una gran huella en mi), mirar el mundo desde otra perspectiva y conocer los contrastes de la humanidad sus pobrezas y riquezas.
Cuando me refiero a riquezas y pobrezas me refiero al pensamiento humano no lo material, pues en mi viaje pude descubrir la riqueza de esas sonrisas entre pobreza material. Al final ellos lo tienen todo  ...quizás por esa razón la gente busca lo que no tiene en casa, la simpleza de la vida y la riqueza de su gente.
Todo comienza con una caminata extensa entre densa hierba, contraste de aromas, colores y formas, entre eso me pica un bicho que me deja casi medio día con la sensación de agua dentro de mi dedo y que por mi mala visión no logro distinguir; a ratos siento aromas que me recuerdan mi viaje de verano a la selva Boliviana y entre esa sensación de deja vú saco conclusiones sobre mi vida que ya son bastante trilladas y otras que no había descubierto por mi ceguera temporal llena de estress y trabajo acumulado, poca vida personal y poco tiempo de reflexión que ahora entre la oscuridad y silencio de Aguas Calientes disfruto al máximo. Muy cerca se escucha el río que atraviesa la ciudad y es mágico, porque me trasporta automáticamente a la naturaleza y a sus formas de vida, me siento libre o más bien liberada.
Al otro día nos vamos rumbo a Machu Picchu, tierra de grandes incas constructores, pensadores e intelectuales, aun me sorprenden todas las edificaciones existentes y las que no pudieron concluir, me siento parte de todo aquello, porque tengo antepasados que estoy segura vivieron esa época de oro. El cielo es azul y tengo la leve sensación que si tengo una escalera muy alta lo puedo alcanzar, observo cada paisaje y aun no me explico cómo los españoles pudieron causar tanto daño a gente tan inmensamente creadora y con gran espíritu comunitario y humano-visionario        ...llego a la conclusión entonces que fueron en busca de lo que no tenían y eso es algo más que oro y riqueza, quizás trasciende de lo material.
En fin, estoy aquí como tanto quise, tuve instantes de titubeo como todas las decisiones que suelo tomar en mi vida, pero lo importante es que respiro en este momento un aire que no es el mio, que me trae mil señales y que estoy aprendiendo a identificar.
Subo una montaña que me deja exhausta sin aliento ni fuerza alguna, solo deseo desaparecer de la montaña y estar en ese preciso momento en mi cama, con mis mascotas adoradas y con la sensación de seguridad a su lado, las rodillas no me responden ni tampoco los tobillos, caigo en un escalón y siento como la sangre me hierbe de rabia de no poder ponerme en pie, me levanto y sigo bajando los 100 y algo escalones y cuando llego al pie de la montaña me doy cuenta de la altura de esta, me siento conforme, aunque llevo un hematoma del porte de un platillo de té, me duele cuando camino, cuando salto o solo tropiezo, esto es una locura y ahora me río de gracia!
Tengo que regresar pronto a casa y comienzo con mi amiga un viaje express que me hace descubrir otras partes de la selva que no había podido distinguir por la luz de la noche y sigo pensando que todo esto es un sueño y que en verdad no lo estoy viviendo, solo estoy dentro de una de mis fantasías creadas por mi imaginación elevada y poco sentido de la realidad a ratos...