sábado, febrero 13, 2016

Febrero 13, 2016

     Y aquí estoy desde ya hace tres días en vela, sin poder dejar que tu recuerdo se aleje de mis pensamientos a cada instante, te busco perdida entre sueños, te encuentro y no soy capaz de hablarte y menos verte a los ojos… rompo a llorar y despierto con la sensación de vacío en mi corazón, te veo en la oscuridad y creo estar a un paso tuyo, me levanto de la cama y me doy cuenta que eras solo el reflejo de lo que quiero ahora hacer, y es verte…  Me siento en el borde de la cama y me vuelvo a sentir más tonta que antes, he dejado ir a lo que más quería. 

      Tengo vivo el recuerdo de tus ojos mirándome con deseo en la oscuridad de la noche, cada caricia tuya me eriza la piel sin siquiera haberme tocado, se me acelera el corazón y lo único que quiero en esta vida  es volverte a ver y decirte que te quiero, que me perdones y besarte como me enseñaste a hacer, con esa suavidad y esa dulzura que no conocía que tenía en mi interior. Te imagino durmiendo boca arriba, roncando suavemente y te contemplo de nuevo, miro cada detalle de tu cara como si estuvieses a mi lado, tus brazos que son bien marcados y fuertes, ya los has usado conmigo y me encantan, termino en tus manos, las que amo completamente, porque éstas me han transportado muchas veces al Paraíso, pues saben tocarme como nadie lo hizo en esta vida y probablemente son las únicas que extrañaré cuando un día deje de existir. Observo tu torso desnudo, todo lo que me gusta aun está ahí, tu ombligo, tus lunares, tus formas, tu suavidad, tu olor suave me conmueve y lo único que hago es llorar, siento tu presencia en cada rincón de estas cuatro paredes, si hasta creo escucharte…