jueves, julio 29, 2010

"lecciones de vida"

Ayer ha sido un día francamente extenuante, la semana de trabajo se ha hecho notar, en el sentido de que estoy agotada tanto física como emocionalmente, ya que la pérdida de ese angelito ha tocado mi corazón, el funeral fue una experiencia muy triste para mi al punto de llegar a soñar por las noches, con el dolor del padre y por qué no decirlo el dolor que presencié por parte de sus compañeros de colegio  ... más una carita me impactó y era el desconsuelo del llanto de su mejor amiga, fue demasiado penoso sentir que la pequeña ya a sus 5 años quizás asimilaba la pérdida de un ser querido, pues por más que la madre le explicaba, ella solo lloraba y eso simplemente me estrechó el corazón.
Entonces hoy estoy agotada y demasiado sensible a algunas cosas, tengo sueño, pero entro en insomnio, estoy cansada pero estoy feliz por trabajar y adoro a mis pequeños, que a pesar que los conozco hace un par de días, los siento tan especiales y tan pequeñitos que me llenan de ternura sus rostros, sus expresiones y hasta sus enojos, quizás el hecho de saber que están en situación de vulnerabilidad me hace ablandar mi trato aun más con ellos, pues si bien soy muy cariñosa, creo que con ellos todo se ha dado de una manera más especial, mas rápida, mas amable, no me ha costado llegar a ellos y tampoco ellos a mi, creo que la pérdida de la pequeña Valeska me ha hecho aprender una gran lección: y esa es amar aun más a los niños, expresarle a cada instante el sentimiento que te embarga al compartir con ellos, lo que se traduce en acariciarlos, abrazarlos, llenarlos de besos y decirle de corazón un "te quiero", disfrutar de cada momento ya sea de enojos, alegrías y sufrimientos, porque nunca se sabe cuando no los volverás a ver o ellos a ti.
Entre lecciones y aprendizajes de vida, ayer he concluido gracias a Lau, que todo tiene su motivo y me siento feliz que ella haya encontrado la felicidad después de un tiempo de arduo dolor, yo no pierdo la esperanza de hacer lo mismo, mi mirada ha cambiado, más mis horizontes son los mismos, puede cambiar la figura pero el fondo sigue intacto, el panorama se ha arreglado favorablemente y siento que cada vez puedo dar gracias a Dios por todas las bendiciones que me ha dado después de la tormenta en el corazón que tenía hace algún tiempo, pues ha puesto personas maravillosas en mi camino y me ha enseñado a mirar con otros ojos mi vida, mi entorno y mi amor. Y claro que digo amor, porque al final el amor siempre ha estado dentro de mí, solo que ha cambiado la figura física de quién lo ha despertado.

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