domingo, mayo 23, 2010

El Príncipe Feliz...

No se por qué a veces pretendo hacer de tripas corazón, a cada instante te recuerdo, tu presencia está más vivo que nunca, sin dolor ya, pero te extraño tanto... ya han pasado un par de meses desde que todo aconteció y fue una mezcla de sentimientos y de sensaciones. Recuerdo que hasta enfermé de colon tanto comer picante, mi alergia se profundizó, pero nada de eso me impedía estar mal, pues te tenía a mi lado, sea como sea, te tenía tan cerquita que cada cosa mala que pasara pasaba y no la percibía, el colon me hacía despertar a mitad de la noche, mi estómago se daba retorcijones como si tuviera un ser monstruoso en su interior, a ratos pensaba que era mi colon o simplemente las pulgas me saltaban dentro de tan feliz que estaba teniéndote a mi lado dormido, con tus ronquidos, tu carita de niño a mi lado, tus ojos que me daban la luz aún estando cerrados, tus manos quietas al contacto con las sábanas y es que veo todo tan nítido, tan real a ratos en mis sueños, que solo me siento a observarte como duermes, no tengo la intención de tocarte, pues siento miedo que solo seas un espejismo y cuando finalmente te acaricie te esfumarás como la arena de las dunas de Iquique.

A pesar de todas las cosas que he descubierto, no puedo odiarte, trato y trato, pero no consigo nada, el sentimiento le gana al odio y cuando comienzo a buscar algo malo de ti para sacarte del pensamiento y de la locura de mi corazón, termina regresando el buen recuerdo de los juegos en la cama, cuando yo era una koala que se colgaba a ti o simplemente el recuerdo de el break que hacías para solo abrazarte a mi un instante en la cama, que se volvía pequeña para tanto amor que te tenía.

Siempre he tenido esta "mala" ilusión de pensar que el príncipe vendrá y será todo perfecto, y es que te convertirse en un principito feliz para mi, que en vez de venir en su caballo blanco, vino montado en su amor cuando nos conocimos y que en el camino del reencuentro el corcel se perdió, se fue por otro camino y se desvió, ambos pasamos al lado del otro y no nos vimos, nos perdimos y yo aun mantengo la búsqueda en mis sueños.

Es extraño admitir esto y la verdad me da vergüenza, pues cada vez que trato de cerrar el tema siempre vuelves a mí, como un huracán poderoso, que me eleva y me bota con más fuerzas que la vez anterior...

No hay comentarios.: