Como la vida, en flor...

Ayer fallece quien en vida fue mi bis-abuelo paterno y en pleno funeral observo como ritual llegan las flores, de todo tipo, color y especie (si se les puede llamar así).

Entonces viene a mi mente:

Las Flores son una burla de la vida, cambian de contexto según la ocasión. Ellas están presentes desde nuestro nacimiento, nos acompañan luego en los momentos más importantes de nuestras vidas, adornan nuestras casas, llegan en momentos menos esperados y hasta cuando estamos enfermos están presentes y llegan como un agradable bálsamo para alegrar el alma, sin embargo no nos extrañamos si llegan para nuestra propia muerte.

En realidad es una ironía, quizás hasta una paradoja de la vida que desde tu nacimiento te estén recordando que un día tu vida se va a apagar, que ese “trámite” finalmente te va a alcanzar en alguna etapa de tu existencia, y no vas a poder escapar de ese hecho.

Incluso las flores son maravillosas cuando las recibes, pero con el pasar del tiempo se marchitan y al final se mueren.

Entonces las flores son un reflejo de nuestra propia vida. Luchan desde semillas para ver la luz del día, crecen aceleradamente y se convierten en hermosos botones(como nuestra niñez, la etapa más dulce y también breve), luego abren su vida y la metamorfosis las hace hermosas flores maduras, y esa es la etapa más linda de todas y la que dura lo que tiene que durar, ni más ni menos, todo sabiamente distribuido en tiempo y finalmente comienza a marchitarse poco a poco, hasta que un día solo dejan de existir ante nuestros ojos, como nuestras propia vida...

Las flores una oda a nuestra existencia, una sabia broma de la madre Naturaleza.