jueves, abril 22, 2010

Sometimes you can´t make it on your own

Entre callejuelas y escuchando U2, saco de mi cartera mi libreta y mi lápiz, veo mi rostro en el espejo de la camioneta azul eléctrico de mi padre, él tiene razón...   ¡Cómo he crecido!
Abro la capota y veo el cielo (reclino un poco el asiento), el frío entra y me eriza la piel de mis hombros descubiertos, llevo casi dos meses sin trabajo y se ha hecho eterno todo, pensando en personas que no vale la pena pensar y cosas vanales a esta altura. Es increíble el no poder dejar de escuchar ninguna frase de Bono en sus canciones, es que este hombre me emociona, pues tiene el don de una voz dulce que a la vez transmite sentimientos diversos. Miro a mi alrededor y a mi izquierda hay una cancha y en ella, dos niños jugando a la pelota, ambos tienen unos 12 años, al frente hay un anciano con aspecto de mendigo, está sentado en el suelo con una boina estilo francés, al mirar a mi derecha me encuentro con un jardín infantil donde los adultos no paran de cruzar el umbral de la puerta, para verlos de nuevo parados al rato con una mini sonrisa tomada de sus manos y mientas escribo esto veo mis manos y en mis dedos, mis uñas que las he pintado de rojo pasión y sigo escuchando a Bono "all that you can´t leave behind" y se sigue oscureciendo el día, tomo aire y este se vuelve pesado a ratos, los cables del alumbrado público se mueven con el viento y destellan chispas al contacto con los otros cables.

Me siento bien, veo a unos jóvenes caminando por las callecitas y vuelvo a ver familias retirando a sus hijos y me digo en mi mente "algun día" (entre una sonrisa torcida), ya atardece, entonces prendo el motor y manejo por la costa, en eso me compenetro con la guitarra de Joe Satriani, la verdad hoy no ha sido un día especial, ni tengo algo especial que contar, solo que por fin me siento en paz, no hay nada negativo que me haga llorar, ningún recuerdo, nada, solo pienso hace unas horas atrás sentí que debía volver a buscar una vez más la ayuda del Universo, de Dios, y a practicar la ley de atracción para hacer mi siguiente sueño realidad. Me quedo parada frente a la puesta de sol y veo como las olas rompen y unos niños juegan en la orilla y recuerdo una foto que saqué algún tiempo atrás para un antiguo amor, la brisa abraza mi cuerpo, el frío se adueña de mi alma, el aire marino me llena y tras abrir mis ojos veo a las gaviotas alejarse, mis pies se confunden con la arena que juega con ellos...     
Viene a mi mente ese pensamiento vago de "necesito generar dinero", me gasté todo en el viaje y ahora no tengo nada y en realidad mi trabajo semanal por "amor al arte" enseñando o más bien nivelando niños en sus estudios no me acompañará todo el tiempo económicamente, por eso necesito otra cosa, pero más que nada es darle rienda suelta a una nueva experiencia.
Mejor dicho necesito darle un nuevo aire a mi vida y entre que pienso esto, recuerdo cuando estaba al borde de los 15 años (edad difícil para mi y totalmente abstracta) y dedicaba mi tiempo libre a la pintura, eso me llenaba mucho en ese tiempo, pero ahora creo que sería una involución regresar a mismo, mencionando también que en un momento de "furia quinceañera" mis cuadros fueron a parar a la basura. Luego de eso experimenté con un curso de flauta dulce, pero la flauta corrió la misma suerte al comprender un día que ya no tocaba con pasión, sino que lo hacía mecánicamente. Después probé una de mis pasiones, el croquis y lápiz de carbón y los retratos, más, debo reconocer que soy una perfeccionista y cuando me daba cuenta que algo faltaba para darle vida al rostro me cansaba buscando qué era, más terminaban los retratos en el mismo lugar que mi flauta y mis pinturas.

¿qué hago ahora?

Quisiera probar con el diseño de vestuario entonces, solo diseño, no confección, en mis años de secundaria volaba mi imaginación creando borradores de ropa para mujer y hombre, pero eso pasó al olvido en 2 años y luego probé con la escultura, pero se hizo presente nuevamente mi perfeccionismo y esto terminó pasándome la cuenta. En fin, creo que volveré al diseño, pues es lo único en que no soy prefeccionista y no es que yo tenga un tremendo estilo para vestirme, si no que me gustaría vestir a otras personas. Definitivamente de la fotografía ni hablar, con la cámara descompuesta y sin dinero no puedo hacer mucho. Y de la escritura siempre me ocupo, mi laptop siempre me acompaña y el cuadernillo para anotar lo que pasa antes que la memoria se haga parte del olvido.
De pronto veo a un mendigo caminar hacia mi y me consume un terror, pero he recordado a Coelho y sus conversaciones con el mendigo y Mikhail, entonces me doy por vencida y dejo que pase lo que tenga que pasar...  

...y entre tanto he visto todas las etapas de la vida pasar entre mis ojos, desde los cortos años de vida hasta la ingrata vejez.

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