De pronto siento que quizás tú viviste lo mismo que siento yo ahora, esa sensación de vacío e incertidumbre, pues ambas sabemos que él ya se ha recuperado con otro amor, pero el nuestro sigue sin embargo intacto, el tuyo hasta hace un tiempo y por el poco paso del tiempo el mío intacto esta vez. Ha sido todo extraño, nuestro primer contacto fue algo raro, pero mirando ahora el pasado me doy cuenta de que ambas tenemos cosas en común como libros leídos, música, aspiraciones, hombres (digo esto entre carcajadas), nombres y tipos de mascotas; quizás ambas vivamos en un país "sub-desarrollado" pero créeme que en aspectos del corazón estamos más desarrolladas que otras personas, ambas sentimos, nos enamoramos, entregamos todo y nos jugamos todo por estar con la persona amada, aunque salgamos arañadas, por eso mi dicho "aprendo a ser gata y a caer en cuatro patas".
Ayer vino a mi ese sentimiento de empatía, me puse en tu lugar y sentí lo que quizás tú, cuando yo aparecí en la vida de aquel hombre, las sensaciones de cuando él dejó morir todo después de el ansiado y fallido encuentro, las cosas que pienso hoy seguramente tú las razonaste una y mil veces, te diste mil y una vueltas en la cama cuando volviste del viaje, lloraste como niña cuando nadie te veia, pediste a Dios esta vez que te sacara todo lo que existió una vez en ese corazón, soñaste con él y despertaste llorando y con una sensación de desesperanza que te acompañó todo el día, hasta que cerraste los ojos de noche y para más mala suerte seguiste soñando con él, estando en el sueño trataste de consentirlo nuevamente y disfrutarlo como quizás lo habías hecho antes o como quizás nunca lo hiciste, quizás en las noches también despertaste y sentías un calor en la espalda y por un micro-segundo tu tenías la vaga esperanza que fuese él a tu lado. En fin, todo te recuerda a él, el olor que tanto odiabamos (el cigarro) en público ahora lo busco (y tú quizás lo buscaste en tu momento) como producto que refresca la memoria emotiva y cuando por fin lo encuentro cierro los ojos y es una tristeza al abrirlos nuevamente porque no está, el recuerdo sigue vivo y los ojos se ponen vidriosos de tanta emoción contenida.
¿Será demasiado todo esto?
Pero sentirte cercana a mi en sentimientos, vivencias y formas de ver el mundo me pone feliz y de archi-rivales nos convertimos en archi-cómplices, qué enano el mundo y nosotras gigantes que con un solo click nos acercamos y damos cuenta que en quizás otra vida fuimos gemelas, pues tenemos tantos pensamientos y cosas en común que nos únen...
y tenemos otro además (otra carcajada profunda).
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