miércoles, septiembre 15, 2010

recuerdo 2

Cada vez que siento mi vida más ocupada por responsabilidades nuevas, nuevos desafíos y trabajo, sigues tan presente como antes y creo que es una especie de "retroceso" porque cada vez son flashes más intensos que los anteriores y hoy he recordado manejando la noche anterior a la despedida.
"He visto por la ventana que regresas de la universidad en la tarde y has entrado a la habitación diciendo:¿Pily quieres cenar?, voy a cocinar ahora, y yo he dicho sin mirarte: No, gracias, ya cené.
Entonces ha pasado la tarde, y yo intrigada por lo que había sucedido la noche anterior, mis pensamientos vislumbraban espejismos, entre ellos, un "te amo" que efectivamente nunca llegó. Entonces no mirabas mis ojos cuando te hablaba y decía lo que pensaba, en un arrebato te dije, "mírame a los ojos"y cuando me dijiste "no puedo" se me fue el mundo abajo, pues antes de anunciarlo tú, comprobé lo real ...  era verdad, pues nadie siente vergüenza de un hecho no consumado. 
¿Me quieres? pregunté, ¿aunque sea un poquito? y me dijiste: sí, claro que te quiero pero las cosas han cambiado, no supe controlar la situación, me dijiste un sin fin de cosas que recuerdo con exactitud, pero que de alguna u otra forma quiero "suprimir", entonces te abracé y me dijiste: "no me abraces" y yo con una inocencia idiota dije, es que quiero abrazarte ahora que puedo, y con la respuesta que diste me sentí como en el final de un film antiguo.
Esa noche me pediste usar tu cama, pues en el segundo piso fumaban y no querías dormir con ese aroma a tabaco en tu habitación. Dije como respuesta sí,  exclusivamente porque tenía la necesidad de volverte a sentir a mi lado, de fusionar el calor de tu espalda con la mía, oír tu respiración, absorber la calidez de tus pies con los míos, de sentir que ya no estaba al otro lado del mundo sino que con quien amaba...
Me sorprendí cuando me abrazaste y dije, independiente de todo lo que haya pasado, de todo, te quiero y esta vez fue bloqueando mis oídos, pues no tenía estipulada una respuesta a ese estímulo.
Me sentí protegida de nuevo con tus brazos rodeándome y yo con mi cabeza en tu pecho, sintiendo tus palpitos como si fueran una dulce melodía de madrugada. En ese momento, sentía tu piel tan infinita, tan cálida y tan distante a la mía, que contuve mis lágrimas y solo pedí con fuerzas a Dios que esto no acabara. 
Quería quedarme despierta toda la noche, mirándote como lo había hecho noches anteriores sin que te dieras cuenta. observando la blancura de tus mejillas, cuello, orejas y manos. Deseaba borrar la memoria táctil que adquirí cada noche acariciando tu rostro, pues mis manos me reclamaban tocar tu pelo y cara con suavidad y con el mismo amor del primer día de conocerte. Pero ahora no podía hacerlo,porque me frenaba yo misma, entonces me quedé dormida sin darme cuenta y odié el día siguiente cuando desperté por haber hecho esa estupidez.
Quizás esto me está costando más que las otras veces, pero doy pasos grandes al enfrentarme a ese miedo que tengo identificado, y ese eres tú. Pues no me explico como se puede amar de esta forma sin tenerte a mi lado...

No hay comentarios.: