lunes, septiembre 13, 2010

recuerdo 1

      Frecuentemente retornan flashes de recuerdos, creo que fuiste importante, por eso depositaré aquí esas "vivenciass" y así podré seguir vaciando, o quizás es preciso decir "aliviando mi mente y corazón" de tu fantasma que aun me persigue.

 Cuando estábamos en el aeropuerto, solo pensaba con toda la fuerza del mundo en que me dijeras, "quédate conmigo", porque en mis labios y corazón, la única respuesta que existía era un sí. Pero fue cuando nos dimos el abrazo final, que mi corazón parecía saltar de un brinco a tus brazos, me estreché tanto a ti que sentía nuevamente tu respiración, tu aroma y di una bocanada de aire para sentirle la última vez en mi, tenía lo ojos llenos de lágrimas que no quise dejar que vieras salir y me hice la fuerte. Me miraste a los ojos y sentí tu mano tibia acariciar mi rostro con esa brutalidad que te caracterizaba, manos tenues acariciaron mis mejillas, pupilas y frente bruscamente, pero tus ojos (quizás me engaño) delataron dulzura.
Me dijiste "vamos olvídate de todo y perdóname si te he hecho pasar un mal rato", mi mente procesaba y pensaba mil cosas por segundo y solo asentía con la cabeza, solo dije un par de frases y crucé a policía internacional, no miré hacia atrás porque a penas me di la media vuelta, mi corazón no soportó e hizo que automáticamente mis ojos lloraran una lluvia de amargura.
En cuanto entré, solo pensaba en los pasos que dabas de salida del aeropuerto y en todo lo que me había esforzado por buscarte de vuelta en mi vida. Una paradoja que después de desearte tanto ya se hubiesen acabado los amaneceres juntos, tus ronquidos en la mañana, observar tu perfil y de fondo las cortinas hechas por tu papá con su mágico bastón corredor, tomar un sorbo de agua juntos y sentir tu abrazo en la cama buscándome.
Aun llevo vivos esos recuerdos, no se por qué tengo esa viva imagen en la retina, he despertado hace dos días con esa remembranza y sentimiento de nostalgia, amor, des-amor, felicidad y tristeza a la vez, tal cual fue nuestro encuentro.
Cuando regresaba de el re encuentro me encontré en Sao Paulo con un doble terremoto, el que acontecía en mi país, lugar al cual no podía regresar, y el del corazón que quería olvidar.
Hice un par de llamadas, pero nada me reconfortaba, ni si quiera la idea de que mi familia estaba a salvo, solo nos separaba una frontera, pero yo estaba con el corazón y alma cruzando el mar.

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