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Un millón de cosas buenas ocurren cuando la magia de un niño entra a tu vida, llenándote de su infinita alegría, como en esta foto, Ignacio empujando a mi prima María a la torta, y Nicolás el más pequeñito, dando un tierno y tímido mordizco a la torta.
Quiero que Dios me entregue algún día la dicha de compartir mi vida con un hijo, con quien pueda compartir mi alegría.
1 comentario:
hahahaxD x) claro y yo tengo que quedarme con la boca llena de torta por la felicidad de mis primos ! esta buena esa fotografia creo que es lejos la mejor (Y) me encanto el blog y obiamente gracias por el amor del copito y la lulu love!
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